Buenos ingredientes, buenos productos
El paisaje culinario de Flandes ha evolucionado hasta convertirse en uno de los más variados e interesantes del mundo. Las gambas grises del Mar del Norte recogidas por pescadores a lomos de robustos caballos brabantinos (Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco); las endibias, versátiles y populares en el invierno flamenco; los espárragos blancos, claves en el calendario gastronómico; la tradicional y riquísima mostaza; o la jugosas, dulces y frescas manzanas y peras lo dicen todo.
Tampoco se puede obviar el compromiso de los flamencos por los alimentos frescos y de kilómetro 0 y los productos locales disponibles según las estaciones y el clima. El futuro será sostenible o no será.
Productos flamencos para chuparse los dedos